Las autoridades de El Salvador y Guatemala lograron la extradición de Pedro Herminio Portillo Valeriano, alias “Aguacate”, un miembro activo de la MS-13 vinculado a la clica Park View Locos Salvatruchos. El pandillero, de 36 años, fue capturado en territorio guatemalteco y entregado a la Policía Nacional Civil (PNC) en el puesto fronterizo Las Chinamas, Ahuachapán, donde agentes salvadoreños lo recibieron para su traslado a juzgados.
Según información de la PNC, “Aguacate” está requerido desde 2014 por su participación en un homicidio agravado en perjuicio de dos víctimas. El sujeto contaba con una orden judicial vigente y será remitido al Juzgado de San Miguel, donde enfrentará cargos por su historial delictivo. Su captura se enmarca en la cooperación regional contra el crimen organizado, que ha permitido la detención de pandilleros fugitivos en países vecinos.
Agucate cae en Operativo binacional contra la MS-13
La extradición de “Aguacate” es resultado de la inteligencia compartida entre la PNC y las autoridades guatemaltecas, que han intensificado operativos para localizar a miembros de pandillas que huyeron de El Salvador tras la implementación del Régimen de Excepción. Este caso refuerza el mensaje de que no habrá refugio para criminales buscados, incluso fuera de las fronteras.
El pandillero, perfilado como líder dentro de su clica, estaba involucrado en actividades de extorsión y violencia en comunidades de San Miguel. Su captura se suma a otras detenciones de altos miembros de la MS-13 y la 18, que han intentado escapar de la justicia salvadoreña.
Contexto del Régimen de Excepción Desde su implementación en marzo de 2022, el Régimen de Excepción ha permitido la captura de más de 80,000 presuntos pandilleros, reduciendo drásticamente los índices de violencia. Sin embargo, algunos líderes, como “Aguacate”, buscaron refugio en Guatemala, Honduras y otros países, donde las autoridades locales han colaborado en su localización y repatriación.
La PNC reiteró que seguirá trabajando con gobiernos centroamericanos para desmantelar estructuras criminales y garantizar que los fugitivos enfrenten justicia. Mientras tanto, el caso de “Aguacate” sirve como advertencia: “Ningún pandillero escapará de la ley”, según declaraciones de fuentes policiales.