El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, intensificó la retórica del gobierno contra extranjeros que ingresen al país sin autorización. En un discurso reciente, lanzó una advertencia contundente: “Sea quien sea el extranjero que entre a este país sin permiso, entra, pero no sale. Aquí se queda preso”. Estas declaraciones, dirigidas en un contexto de altas tensiones con Estados Unidos y la oposición, reflejan la postura del gobierno de Nicolás Maduro en defensa de la soberanía nacional.
¿Estrategia antiinjerencista o escalada de tensión?
Rodríguez vinculó la medida a la lucha contra el narcotráfico y la injerencia extranjera, afirmando que Venezuela ha enfrentado con éxito a mercenarios y traficantes. Sin embargo, la ambigüedad de la amenaza ha generado críticas y debates en redes sociales. Algunos usuarios la interpretan como una confirmación de que Venezuela opera como una “cárcel a cielo abierto”, mientras otros cuestionan la legitimidad y viabilidad de la medida.
Contexto político
Las declaraciones surgen tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, cuestionadas por la comunidad internacional. La falta de claridad sobre su aplicación práctica genera incertidumbre sobre su impacto en las relaciones internacionales, especialmente con países vecinos y aquellos con ciudadanos residiendo en Venezuela.