Estados Unidos ha confirmado el papel fundamental del presidente Nayib Bukele de El Salvador en la reciente liberación de diez ciudadanos estadounidenses que se encontraban detenidos en Venezuela. Adam Boehler, Enviado Especial para la Respuesta a Rehenes del Departamento de Estado de EE.UU., detalló que la intervención de Bukele fue clave para concretar un acuerdo que permitió el regreso de los estadounidenses a casa.
Boehler explicó que el presidente Bukele propuso en abril un acuerdo con Venezuela, en el cual El Salvador enviaría a miembros de pandillas y delincuentes (identificados como miembros de la TDA) internados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) hacia Venezuela. A cambio, el régimen de Maduro aceptaría liberar a prisioneros de terceros países detenidos “injustamente”, en este caso, los ciudadanos estadounidenses.
“La realidad aquí es que, Bukele tenía… y se ha comportado de forma increíble, Bukele tenía a varias personas internadas en el CECOT. Hizo un trato con Venezuela y luego Venezuela liberó a todos los estadounidenses”, afirmó Boehler.
Bukele, un buen amigo
El enviado especial enfatizó la importancia de este gesto: “El presidente Bukele ha sido un buen amigo, un buen amigo que entiende lo que es importante para los Estados Unidos de América. Y agradecemos el hecho de que logró llegar a un acuerdo con Venezuela para liberar a estos ciudadanos que regresaron a casa.”
La operación, coordinada simultáneamente entre los gobiernos de Estados Unidos, El Salvador y el régimen de Maduro, culminó con el traslado de los liberados. Boehler compartió el impacto emocional del momento: “Una vez que se subieron a nuestros buses, las expresiones de sus rostros se transformaron. Llegaron desanimados, sorprendidos, sin saber qué estaba pasando… nada se compara con ver sus rostros al llegar.” La liberación de estos diez ciudadanos es, según el funcionario estadounidense, “otro ejemplo fantástico de la gran relación que tenemos con El Salvador y con el presidente Bukele”.
Este singular intercambio de prisioneros subraya la creciente influencia regional de El Salvador y su presidente, así como la compleja dinámica de las relaciones internacionales donde la diplomacia y acuerdos poco convencionales pueden abrir camino para soluciones humanitarias.