Las devastadoras inundaciones en Texas y Nuevo México han dejado un saldo trágico de al menos 119 muertos y 170 desaparecidos. El condado de Kerr, Texas, es el más afectado, con 95 fallecidos, incluyendo 36 niños. Las lluvias torrenciales, que comenzaron el 4 de julio, han sido calificadas como una “catástrofe de 100 años”, con crecidas del río Guadalupe que han superado todas las previsiones.
Entre las víctimas se encuentran al menos 10 niñas y una consejera del campamento de verano cristiano Camp Mystic, ubicado a orillas del río Guadalupe. Las autoridades continúan con las labores de búsqueda y rescate, aunque las esperanzas de encontrar sobrevivientes disminuyen con el paso de las horas. La magnitud de la tragedia ha conmocionado a la nación y ha generado críticas hacia la respuesta de las autoridades.
Impacto y respuesta a las inundaciones en Texas
Las inundaciones han generado críticas hacia los recortes presupuestarios de la administración Trump al Servicio Meteorológico Nacional (NWS) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Algunos expertos y políticos han señalado que la reducción de personal y fondos pudo haber afectado la precisión de los pronósticos y la respuesta oportuna. Sin embargo, el NWS asegura que emitió advertencias de inundaciones con más de tres horas de antelación.
El presidente Donald Trump ha respondido a la crisis con las siguientes acciones y declaraciones:
- Declaración de desastre: Trump firmó una Declaración de Desastre Mayor para el condado de Kerr, asegurando recursos federales para los esfuerzos de rescate y recuperación.
- Condolencias y visita planificada: Trump envió condolencias a las víctimas y anunció que probablemente visitará la zona afectada el viernes 11 de julio, acompañado de la primera dama, Melania Trump.
- Defensa contra críticas: Frente a las acusaciones de que los recortes a NOAA y FEMA empeoraron la respuesta al desastre, Trump evitó mencionar sus planes previos de eliminar FEMA y calificó las críticas como “mentiras depravadas”.
Contexto y críticas
La tragedia ha reavivado el debate sobre la preparación ante desastres naturales en Texas, una región vulnerable a eventos climáticos extremos exacerbados por el cambio climático. Las autoridades locales han señalado que las advertencias del NWS, aunque emitidas, podrían no haber alcanzado a toda la población debido a vacantes en puestos clave y “fatiga de alertas” entre los residentes.
Las operaciones de búsqueda y rescate continúan, con FEMA y equipos locales trabajando en condiciones difíciles. Las autoridades han pedido a los civiles evitar el área para no obstaculizar los esfuerzos de rescate. La magnitud de la devastación ha llevado a comparaciones con desastres históricos en Texas, y se espera que el número de víctimas aumente a medida que se exploren las zonas inundadas.