Las remesas familiares continúan siendo el latido más fuerte de la economía salvadoreña, con cifras que marcan nuevos récords históricos. En junio de 2025, el país recibió $829.9 millones, lo que representa un impresionante 29% más que en junio de 2024, convirtiéndose en el mes con la mayor tasa de crecimiento del año.
Esta cifra contribuyó a que el monto acumulado durante el primer semestre de 2025 (enero a junio) ascendiera a $4,837.5 millones, consolidando un flujo imparable. En total, se registraron 2.2 millones de operaciones solo en junio, un 6.3% más que el año anterior.
Estos números no solo superan los $8,479 millones que el país registró al cierre de 2024 (un 2.5% más que en 2023), sino que subrayan la vitalidad de esta inyección de capital en el día a día de miles de hogares.
La tendencia al alza es atribuida a la recuperación económica en los países emisores. Provenientes en su abrumadora mayoría de Estados Unidos (más del 91%), con aportes significativos desde Canadá, España (cuyo crecimiento alcanzó un 16.5%) e Italia (12.1% de crecimiento), las transferencias se consolidan como el motor que impulsa la economía, representando entre el 22% y 25% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Su destino principal sigue siendo el consumo familiar (casi el 99%), con $4,778.3 millones destinados a este fin (un crecimiento del 18.2%).
Pulso económico
Este torrente de dinero fluye hacia cada rincón del país, pero con una concentración notable en ciertas zonas, según análisis del BCR. Departamentos como San Salvador, San Miguel, Santa Ana y La Libertad albergan a casi la mitad de los beneficiarios.
Datos recientes, como los del Censo 2024 que citó el banco, señalan a San Miguel como el distrito con más hogares receptores, seguido por Santa Ana y San Salvador. Además, la población receptora de remesas tiende a concentrarse más en áreas rurales, donde el impacto de este ingreso es aún más significativo para el sustento de los hogares, especialmente en la zona oriental.
El monto promedio de la remesa monetaria mensual también mostró un crecimiento notable, pasando de $311.5 a $350.5, lo que representa un aumento del 12.5%. El monto promedio de la remesa mensual total (que incluye todos los tipos de remesas) creció un 13.6%, pasando de $284.1 a $322.6. Las remesas procedentes de Estados Unidos crecieron un 19%, mientras que las del resto del mundo aumentaron un 6.4%.
En cuanto al impacto regional dentro de El Salvador, las zonas paracentral y occidental son las más beneficiadas con un 22.1% y 20.7% del total, respectivamente. Departamentos como Cabañas (26%) y Chalatenango (24.8%) registraron los mayores aumentos en la recepción, mientras que San Salvador tuvo el incremento más bajo con un 10.8%.
Encrucijada del envío
A pesar de los récords y su rol insustituible, la fuente de remesas enfrenta potenciales vientos en contra. Una iniciativa de ley en Estados Unidos busca gravar con un 1% el envío desde ese país.
De aprobarse, esta medida podría significar una reducción estimada de $272 millones menos para los hogares salvadoreños cada año. Las autoridades locales han negado la aplicación de impuestos a las remesas, pero la sombra de un gravamen en el principal país de origen genera incertidumbre.
La diversidad de corresponsales financieros y agentes remesadores (que pagaron el 13.7% del monto total de remesas) ha ampliado su presencia incluso en zonas rurales. De enero a junio operaron 1,276 pagadores finales, destacando las entidades financieras que gestionaron $3,953.5 millones, seguidas por minisúperes y supermercados con $296.8 millones, farmacias con $147.7 millones, y tiendas de variedades con $43.6 millones.
Las remesas enviadas a cuentas bancarias mostraron un crecimiento del 37.7%, representando un 32.4% del total ($1,567.6 millones) y registrando el promedio más alto por envío: $427.9. Hasta junio, 1.86 millones de salvadoreños fueron receptores de remesas, observándose mayores tasas de crecimiento en los envíos de alto valor: los menores a $2,000 crecieron un 10.32%, y los superiores a $2,000 aumentaron un 47.6%.