Baby Meshi (Joel Cardoza) se encuentra en el ojo del huracán tras la viralización de un video donde, en tono ligero, admite haber abusado sexualmente de una prima menor de edad. La explosiva confesión, realizada en una transmisión en vivo, ha desatado una ola de indignación ciudadana, exigencias de justicia inmediata y persistentes rumores de detención. Aunque la presión social inunda las redes con peticiones de que la Fiscalía General de la República (FGR) actúe, hasta el momento no existe ninguna confirmación oficial sobre la captura del Baby Meshi.
El escándalo se originó el 12 de noviembre de 2025, durante un stream informal, cuando Cardoza, en medio de un “interrogatorio” ficticio, confesó haber cometido un acto de abuso sexual contra una familiar de 14 años, minimizando el hecho al describirlo como “agua entre primos”. La confesión del Baby Meshi, quien al momento del suceso tendría entre 17 y 18 años, fue capturada y compartida masivamente, generando un clamor digital que pide acciones inmediatas a la Policía Nacional Civil (PNC).
La presión social crece ante el silencio sobre Baby Meshi
Desde el 14 de noviembre, la conversación digital se ha centrado en especulaciones sobre la supuesta detención del tiktoker, alimentadas por títulos ambiguos en YouTube y publicaciones no verificadas. Sin embargo, una búsqueda exhaustiva en los canales oficiales de comunicación de la FGR y la PNC no arroja resultados que confirmen la captura de Joel Cardoza, el Baby Meshi, por delitos sexuales. Este silencio oficial es típico en las primeras etapas de una posible investigación, donde las autoridades suelen formalizar procedimientos antes de emitir comunicados públicos.
La ley salvadoreña, especialmente el Código Penal y la Ley Crecer Juntos para la Protección Integral de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia, considera el abuso sexual contra menores como un delito grave e imprescriptible, lo que permite a la FGR actuar de oficio (sin necesidad de denuncia de la víctima) ante evidencia pública como el video viral. De confirmarse la veracidad de la confesión del Baby Meshi, podría enfrentar cargos serios como Violación en Menor o Incapaz, cuya pena oscila entre 14 y 20 años de prisión, agravada por el parentesco con la víctima.
El caso de Baby Meshi no solo subraya el peligro de las confesiones informales en plataformas públicas, sino que también pone a prueba la celeridad de las instituciones de justicia ante la presión ciudadana por casos de abuso infantil. Aunque la indignación en redes es alta, la realidad legal y la confirmación de la detención requieren de verificaciones directas con los voceros y documentos institucionales correspondientes. Mientras las autoridades mantienen hermetismo, miles de usuarios en El Salvador siguen exigiendo accountability y una respuesta formal sobre la situación legal del controversial creador de contenido.
El desenlace de este caso será un recordatorio poderoso de que las “bromas” en el ámbito digital tienen consecuencias legales serias, especialmente cuando involucran delitos de alta gravedad contra menores de edad en el país.