En el segundo trimestre de 2025, la construcción alcanzó un 34.8% de crecimiento, según el Banco Central de Reserva, un salto clave desde el ya sólido 17% del primer trimestre.
“El Banco Central de Reserva emitió su informe, veníamos de un 17 % en el primer trimestre, y ahora estamos en el 34.8 % de crecimiento. En un año tres meses ha sido un crecimiento exponencial que ha tenido el rubro de la construcción”, afirmó el director ejecutivo del Consejo de Alcaldes y la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (COAMSS/OPAMSS), Luis Rodríguez.
¿Qué impulsa a la construcción?
- Alianza público-privada: El sector privado está aprovechando un entorno más amigable para invertir. La agilización de trámites burocráticos ha sido clave: menos trabas, más proyectos. Desde complejos habitacionales hasta desarrollos comerciales e industriales, las grúas no paran.
- Demanda de insumos en auge: En el Puerto de Acajutla, las importaciones de materiales como cemento, hierro y acero crecieron un 60%, según datos mencionados en X [post:4]. Esto refleja la intensidad de la actividad constructiva.
- Impacto en el empleo: El sector ha generado 67,000 nuevos empleos en lo que va del año, un récord que no solo dinamiza la economía, sino que mejora la calidad de vida de miles de familias salvadoreñas [post:5]. Desde obreros hasta ingenieros, el trabajo no falta.
- Inversión y crédito: Los bancos están apostando fuerte, con más de $1,000 millones en créditos para proyectos de construcción, según posts recientes [post:9]. Esto, junto con una inversión total que supera los $3,300 millones [post:11], muestra la confianza en el rumbo económico.
Un círculo virtuoso para la economía
El boom de la construcción no solo se trata de edificios y carreteras. Es un motor que jala a otros sectores: transporte, comercio, servicios. El 4.1% de crecimiento del PIB en 2025 tiene una huella clara de este rubro. Obras que mejoran la movilidad (carreteras, puentes) y conectividad (infraestructura urbana) están poniendo a El Salvador en el radar de inversionistas que antes ni volteaban a verlo.
Aunque el panorama pinta bien, no todo es color de rosa. Mantener este ritmo exige infraestructura portuaria y logística robusta para no frenar las importaciones. Además, el sector debe equilibrar el crecimiento con sostenibilidad, algo que ya se menciona como prioridad. La presión por seguir agilizando trámites y mantener la confianza del sector privado también será clave.
Con un crecimiento de 34.8%, miles de empleos y una alianza público-privada que funciona, la construcción es el corazón del dinamismo económico en 2025. Si el país sigue por esta ruta, podría consolidarse como un hub de inversión en Centroamérica. ¿El próximo paso? Seguir apostando por la eficiencia y la sostenibilidad para que este boom no sea solo un momento, sino un cambio permanente.