El 13 de septiembre de 1985, Nintendo lanzó Super Mario Bros, un videojuego que no solo revolucionó la industria, sino que también se convirtió en un fenómeno cultural global. Creado por Shigeru Miyamoto, este juego de plataformas introdujo a Mario, un personaje que ha trascendido generaciones y se ha mantenido relevante durante cuatro décadas. Desde su debut en Donkey Kong en 1981, Mario ha evolucionado de un simple personaje pixelado a un ícono de la cultura pop, inspirando películas, mercancía, parques temáticos y hasta arte conceptual.
Mario, inicialmente era llamado Ossan (hombre de mediana edad) y luego Jumpman, se dice que recibió su nombre definitivo en honor al dueño del almacén Mario Segale, propietario del almacén donde Nintendo tenía su sede en EE.UU. Su diseño, con overalls, gorra y bigote, fue creado para ser reconocible al instante, incluso en la limitada resolución de los gráficos de 8 bits. La simplicidad de sus movimientos —saltar, correr y recolectar monedas— conectó con jugadores de todas las edades, haciendo que el juego fuera intuitivo y adictivo.
De videojuego a fenómeno cultural
El éxito de Super Mario Bros no solo radica en su jugabilidad, sino en su capacidad para adaptarse y reinventarse. A lo largo de los años, Mario ha asumido múltiples roles: desde médico en Dr. Mario hasta atleta en los juegos olímpicos, e incluso músico en Mario Paint. Su versatilidad lo ha mantenido vigente, apareciendo en más de 200 juegos y expandiendo su universo con personajes como Luigi, Princesa Peach, Yoshi y Bowser.
El impacto de Mario va más allá de los videojuegos. Ha inspirado películas, como The Super Mario Bros. Movie (2023), y se ha convertido en un símbolo de nostalgia para quienes crecieron con él. Incluso su banda sonora, compuesta por Koji Kondo, es reconocida mundialmente, con melodías que evocan recuerdos en varias generaciones. Según expertos, la música de Mario es accesible y pegajosa, diseñada para mantener a los jugadores enganchados.
Un legado que une generaciones
Mario no solo es un personaje de videojuegos, sino un puente entre generaciones. Desde los niños de los 80 hasta los jugadores actuales, su esencia sigue intacta: un héroe sencillo, optimista y lleno de energía. Su capacidad para evolucionar sin perder su identidad lo ha convertido en un referente cultural, presente en museos, arte y hasta en discusiones académicas sobre diseño y narrativa.
En su 40 aniversario, Super Mario Bros sigue siendo un recordatorio de cómo un videojuego puede trascender el entretenimiento para convertirse en parte de la historia cultural global.