La sede de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) se convirtió en el epicentro de la estrategia futbolística nacional este lunes 15 de diciembre. El presidente Yamil Bukele convocó a un cónclave sin precedentes con todos los cuerpos técnicos y Seleccionadores de las categorías, desde la Sub-15 hasta la Selecta Mayor. La misión es ambiciosa y radical: instalar de una vez por todas un “ADN” táctico que unifique el estilo de juego del país.
“El fútbol de El Salvador no lo podemos resolver de la noche a la mañana porque tiene un sinfín de problemas, pero tenemos que hacer algo notable en cuatro años”, hizo ver Bukele.
El mensaje que bajó desde la cúpula de la FESFUT fue claro y contundente: se acabó la improvisación. La directriz es que todo jugador formado en las selecciones inferiores llegue a la absoluta con el mismo entendimiento del juego, facilitando la transición y elevando el nivel competitivo de forma exponencial.
La reunión se enfocó en estandarizar la metodología de entrenamiento y establecer un modelo de juego común que priorice la intensidad, el control del balón y la presión coordinada. Los Seleccionadores de las categorías formativas recibieron la tarea crucial de actuar como “incubadoras” de talentos con un perfil específico, necesario para el esquema de la Mayor. Este ajuste estratégico es vital de cara a los futuros clasificatorios mundialistas, donde la falta de cohesión ha sido históricamente un talón de Aquiles. Los técnicos de la diáspora y los entrenadores locales deben ahora trabajar bajo la misma partitura, prometiendo una nueva era de disciplina táctica.
Se acabó la improvisación en la Fesfut
La FESFUT reveló que se implementará un riguroso sistema de monitoreo de rendimiento. Los Seleccionadores serán evaluados no solo por los resultados inmediatos, sino por la efectividad en la aplicación de la nueva filosofía de juego y la cantidad de talento que logren impulsar a la Selecta Mayor. El comité ejecutivo está dispuesto a invertir en tecnología deportiva avanzada para apoyar este proceso, demostrando que esta es una apuesta seria por la reingeniería del fútbol nacional. Se espera que este pacto de Seleccionadores dé sus primeros frutos visibles en los torneos regionales de 2026, mostrando equipos más compactos y tácticamente inteligentes.
Este movimiento audaz de Bukele busca sentar las bases para un futuro sostenido. La coordinación entre los Seleccionadores es la piedra angular para construir una Selección Nacional que no solo compita, sino que se posicione como una fuerza constante en la Concacaf. El objetivo final es romper el ciclo de altibajos, y solo una estrategia unificada, coordinada por todos los Seleccionadores, puede lograr ese salto de calidad que la afición tanto espera. Los próximos meses serán la prueba de fuego para esta “Alineación Máxima” táctica.