La salud espiritual, un aspecto a menudo subestimado, se ha convertido en un pilar fundamental para el bienestar integral en la vejez. Este enfoque, que trasciende creencias religiosas, abarca la búsqueda de sentido, esperanza y conexión humana, y es tan esencial como la salud física y mental.
Christina Chen, geriatra profesional, destaca que la salud espiritual influye directamente en cómo las personas enfrentan enfermedades, transiciones y el final de la vida. “Es tan vital como el cuidado del cuerpo y la mente”, explicó Chen, quien subraya que esta dimensión incluye la fe, el sentido vital y la conexión humana.
Beneficios tangibles en la atención médica
La integración de la salud espiritual en la atención médica aporta beneficios concretos: calma, reconciliación familiar y capacidad para enfrentar la angustia. Según los expertos, este acompañamiento facilita la toma de decisiones en situaciones críticas y mejora la experiencia hospitalaria. En casos de deterioro cognitivo, como la demencia, la conexión en el presente permite a las familias encontrar paz y significado, incluso sin comunicación verbal.
También trabajan en temas como el legado, la reconciliación y el sentido vital en la vejez. Este proceso, que puede extenderse por meses o años, ayuda a los adultos mayores a construir una herencia ética y espiritual, y a aceptar cambios y pérdidas. La doctora Chen enfatiza que atender el espíritu con el mismo empeño que el cuerpo y la mente permite encontrar propósito y bienestar en cada etapa de la vida.