Las celebraciones de fin de año, desde Acción de Gracias hasta Navidad y Año Nuevo, suelen ser sinónimo de reuniones, música y comidas abundantes. Sin embargo, el exceso de alimentos ricos en grasas, sal y azúcar puede afectar la salud si no se equilibra con hábitos más saludables.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten que el consumo excesivo durante las fiestas puede contribuir a problemas como obesidad y presión arterial elevada. Por ello, especialistas recomiendan tomar decisiones conscientes sin renunciar a las celebraciones.
Equilibrio entre tradición y bienestar
Caminar al hacer compras, bailar o dar un paseo después de la cena ayuda a compensar los excesos. Según el CDC, incluso 10 minutos de actividad moderada al día pueden reducir la ansiedad y mejorar el sueño.
Antes de llenar el plato, prioriza frutas, verduras o ensaladas. Disfruta los platillos más pesados en porciones pequeñas. Opta por carnes magras, hornea en lugar de freír y reduce la sal. Pequeños cambios, como usar arroz integral o incluir más verduras en los guisos, mantienen el sabor sin comprometer la salud.
Planear actividades que no giren en torno a la comida, como visitar museos, hacer caminatas en familia o participar en acciones solidarias, puede convertirse en una nueva tradición. Lo importante es mantenerse en movimiento y disfrutar del tiempo en compañía.
Alternar bebidas alcohólicas con agua o infusiones ayuda a mantener la hidratación. Dormir al menos siete horas por noche y desconectarse de las pantallas favorecen la recuperación física y mental durante las fiestas.