La relación entre viajar y felicidad está respaldada por la ciencia. Según investigaciones, la experiencia de viajar genera un bienestar emocional que se inicia desde la etapa de planificación y se extiende mucho después de regresar a casa.
Un estudio de la Universidad de Cornell (2014) reveló que las experiencias de viaje producen mayor felicidad que las compras materiales, ya que los recuerdos que se crean son duraderos e intangibles. Otra investigación, realizada por la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, demostró que los viajes tienen beneficios emocionales a largo plazo, como la reducción del estrés y una mayor satisfacción con la vida.
La ciencia detrás del bienestar al viajar
De acuerdo con el estudio de M. Carrasco, las personas que viajan experimentan un aumento en sus niveles de felicidad en tres etapas:
- Antes del viaje: La emoción de planificar y anticipar la experiencia.
- Durante el viaje: La conexión con nuevas culturas, paisajes y personas.
- Después del viaje: Los recuerdos positivos que perduran en el tiempo.
A diferencia de las compras materiales, cuyo placer es momentáneo, los recuerdos de un viaje continúan generando bienestar mucho después de que este haya terminado.
Beneficios comprobados
Viajar no solo aporta felicidad inmediata, sino que también:
- Reduce el estrés al romper con la rutina.
- Fortalece vínculos sociales al compartir experiencias con otros.
- Aumenta la satisfacción vital al fomentar la conexión con uno mismo y el entorno.
En un mundo dominado por la inmediatez, invertir en experiencias como los viajes se presenta como una de las mejores formas de garantizar un bienestar duradero.