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Salud

La felicidad: un estado fisiológico y cómo entrenar tu sistema nervioso

La felicidad no es solo una cuestión de actitud; es un estado fisiológico que puede ser desarrollado. La ciencia ofrece métodos para mejorar el bienestar emocional mediante el sistema nervioso.

La felicidad como estado fisiológico es una capacidad del cuerpo para mantener la calma y la adaptación. Foto: Cortesía.
La felicidad como estado fisiológico es una capacidad del cuerpo para mantener la calma y la adaptación. Foto: Cortesía.
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Por Juan Jose Lopez |

La felicidad, comúnmente considerada como un estado emocional o una perspectiva positiva, está siendo redefinida por la ciencia como una condición fisiológica, estrechamente vinculada al funcionamiento de nuestro sistema nervioso autónomo. Estudios recientes indican que el bienestar emocional se refleja en biomarcadores corporales como la variabilidad del ritmo cardíaco, la actividad del nervio vago y la salud del intestino. Esto sugiere que es posible entrenar a nuestro cuerpo para alcanzar un estado de felicidad más constante.

La variabilidad del ritmo cardíaco (VRC) es un indicador esencial de la resiliencia emocional, mostrando la capacidad del cuerpo para manejar el estrés y mejorar las funciones cognitivas. El nervio vago juega un papel crucial en la estabilidad emocional, sirviendo como un enlace entre el cerebro y los órganos vitales, enviando señales de seguridad que reducen la reactividad emocional. Además, la conexión intestino-cerebro destaca cómo las bacterias beneficiosas en el intestino afectan el estado de ánimo a través de la producción de neurotransmisores, reforzando la relación entre la salud digestiva y la felicidad.

Técnicas para desarrollar la felicidad fisiológica

El “Big Joy Project”, un estudio a nivel mundial, ha demostrado que la felicidad es una habilidad que se puede cultivar. Pequeñas prácticas diarias, como expresar gratitud o realizar actos de amabilidad, pueden mejorar el bienestar en solo una semana. Esto demuestra que acciones mínimas pueden producir grandes cambios fisiológicos. Otro aspecto importante es establecer límites en el uso de dispositivos digitales, especialmente durante la noche, lo que ha mostrado efectos positivos en la VRC y en la disminución de la ansiedad, promoviendo un entorno propicio para la tranquilidad.

En resumen, la felicidad se presenta como una capacidad inherente del cuerpo para mantener la calma y adaptarse al entorno, una habilidad que trasciende la actitud y puede ser desarrollada a través de acciones cotidianas, regulación fisiológica y una alimentación adecuada.

Pie de foto: La felicidad como estado fisiológico es una capacidad del cuerpo para mantener la calma y la adaptación.

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Juan Jose Lopez

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