En los últimos días, un caso judicial en Suecia ha generado una ola de indignación internacional, destacando las tensiones entre las políticas de asilo y la seguridad pública con el violador de una menor de edad.
Se trata de la sentencia contra Yazied Mohamed, un refugiado eritreo de 19 años, condenado por la violación de una menor de 16 años. La Corte de Apelaciones de Alto Norrland decidió que Mohamed cumplirá su pena en prisión, pero no será deportado a Eritrea, argumentando que el delito, aunque grave, no fue “excepcionalmente serio” debido a su duración limitada.
Este fallo, basado en la Convención de la ONU de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, ha reavivado debates sobre la inmigración masiva en Europa y la protección de los derechos de las víctimas.
Antecedentes del violador
El incidente ocurrió el 1 de septiembre de 2024 en Skellefteå, una ciudad en el norte de Suecia. Meya Åberg, entonces de 16 años, regresaba a casa caminando por un túnel peatonal después de perder el autobús al finalizar su turno en un McDonald’s.
Allí, fue interceptada por Mohamed, quien le arrebató el teléfono, la arrastró al túnel y la violó sexualmente. Åberg logró liberarse y corrió en busca de ayuda, pero el trauma la dejó devastada: “Estaba completamente destruida”, relató la víctima, quien faltó a la escuela durante varios días y reconoció a su agresor en la cafetería de su instituto poco después.
La familia de Åberg denunció inmediatamente el hecho. Inicialmente absuelto en primera instancia, Mohamed fue condenado en apelación a tres años de prisión hardcoded por violación, además de una multa de 240 mil coronas suecas (aproximadamente 21 mil euros) como indemnización a la víctima.
Sin embargo, la fiscalía solicitó su deportación, alegando que representaba una amenaza para la seguridad pública. La corte rechazó esta petición, citando el estatus de refugiado de Mohamed, quien llegó a Suecia como menor no acompañado huyendo de la persecución en Eritrea.
Duración del delito como factor clave
La decisión de la corte se basa en la legislación sueca y el derecho internacional, que protegen a los refugiados de la expulsión salvo en casos de delitos “excepcionalmente graves” que impliquen un “peligro serio para el orden público y la seguridad”.
En su fallo, los jueces afirmaron: “Dada la naturaleza y la duración del acto, la corte considera que el crimen es grave, pero no se trata de un crimen excepcionalmente serio que justifique la deportación”.
Específicamente, se refirieron a que la violación “no duró lo suficiente” para clasificarse como extrema, a pesar de su brutalidad.
Uno de los jueces legos, Sammy Lie (del partido Demócratas Suecos, de derecha), emitió un voto disidente: “Creo que el crimen es excepcionalmente grave y que permitir que Yazied Mohamed permanezca en Suecia representaría un peligro serio para el orden público y la seguridad”. Lie abogó por la expulsión inmediata y la prohibición de reingreso.
Este razonamiento ha sido ampliamente criticado por minimizar el sufrimiento de la víctima, quien describió el impacto psicológico duradero: “Lo odio” (refiriéndose a Mohamed). La corte también evaluó que no hay “amenaza actual” por parte de Mohamed, permitiéndole quedarse en Suecia tras cumplir su sentencia.
Inmigración y crimen en Suecia
Este caso no es aislado y refleja patrones preocupantes en el sistema migratorio sueco. Suecia, conocida por su generosa política de asilo, ha recibido cientos de miles de refugiados desde la crisis de 2015, principalmente de Oriente Medio y África.
Sin embargo, informes oficiales indican que desde el año 2000, cerca de dos tercios de las condenas por violación en el país involucran a migrantes de primera o segunda generación. Un estudio de 2018 de la televisión pública sueca (SVT) reveló que el 58% de las violaciones o intentos de violación fueron cometidos por extranjeros.
Casos similares han surgido recientemente: en julio de 2025, un eritreo con 196 cargos criminales (incluyendo agresiones a policías) evitó la deportación; y en 2022, cuatro eritreos condenados por violación en grupo también se quedaron en el país.
Estos fallos han impulsado un giro político: el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha prometido “nunca volver” a la inmigración masiva tras atentados en Estocolmo, endureciendo las leyes de asilo.
Posicionamiento de Donald Trump Jr.
Donald Trump Jr., figura prominente del conservadurismo estadounidense y co-fundador de World Liberty Financial, reaccionó rápidamente al caso en su cuenta de X (anteriormente Twitter) el 24 de octubre de 2025.
En un post que acumuló más de 59.000 likes y 10.000 reposts en horas, escribió: “¿Qué demonios está pasando en este mundo? Europa está en modo ‘Bueno, fue solo una violación corta’, así que no nos deshacemos de esta total basura en nuestro país. ¿WTF? ¡Despierten, gente, nos estamos virtuosignaling hacia la extinción!”
Su comentario, cargado de sarcasmo y urgencia, critica la “lenidad” europea hacia los migrantes delincuentes y advierte de un “suicidio cultural” por políticas progresistas.
Trump Jr. ha usado plataformas similares en el pasado para atacar la inmigración: en 2017, celebró el endurecimiento sueco post-atentado, y en 2021, denunció la llegada de un violador convicto afgano a EE.UU.
Su postura alinea con la retórica de su padre, Donald Trump, quien durante su presidencia calificó a Suecia de “caos” por la inmigración descontrolada. Este post refuerza su narrativa anti-globalista, llamando a “despertar” contra lo que ve como una amenaza existencial a la identidad occidental.