En las vísperas de las elecciones generales del 30 de noviembre, un video de apenas 30 segundos ha encendido las redes sociales hondureñas como un reguero de pólvora. El clip, que muestra al candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, en un aparente gesto de cariño hacia una niña durante un evento público, ha desatado una oleada de acusaciones de “tocamientos indebidos” y “comportamiento abusivo”. Con miles de vistas en plataformas como X (ex-Twitter), el material se ha convertido en el arma predilecta de una campaña de desprestigio que polariza aún más la contienda electoral.
El video, que parece grabado en un mitin en San Pedro Sula a inicios de 2025, captura a Nasralla –el carismático ex presentador de televisión y exvicepresidente– abrazando a una niña de unos 10 años, besándola en la mejilla y susurrándole algo al oído mientras coloca una mano en su hombro. La menor, con una expresión que muchos describen como de incomodidad –mirada evasiva y cuerpo rígido–, se aparta sutilmente tras unos segundos. “¡Pedófilo! ¿Esto es lo que defienden los liberales?”, grita un post viral de la cuenta @racorte, que acumula más de 5,000 interacciones desde su publicación el 1 de octubre. Otro usuario, @oscardan96, lo califica de “invasión al espacio personal de una menor”, generando hilos interminables de indignación y memes acusatorios.
Los ataques no son aislados. En un ecosistema digital donde la oposición al Partido Liberal (especialmente afines a Libre) ve en Nasralla un rival directo de Rixi Moncada, el clip se ha recirculado con ediciones que amplifican el ángulo más comprometedor. Hashtags como #NasrallaAbusador y #NoAlToqueteo han trending en Honduras, impulsados por cuentas anónimas y perfiles políticos. “Esto no es un abrazo paternal; es una agresión que no puede ignorarse en campaña”, escribe @Chicho086 en un tuit que cita el video. Defensores del candidato, por su parte, lo minimizan como un “gesto cultural de afecto” común en eventos políticos latinoamericanos, donde el contacto físico con niños es parte del show para humanizar a los líderes. “Le protege la cabeza del sol, no sea malpensado”, responde @fedrersin en un contraataque.
Sin embargo, tras una revisión exhaustiva de fuentes confiables, el escándalo carece de sustento oficial. Hasta la fecha –2 de octubre de 2025–, ni el Ministerio Público, ni la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) han abierto una investigación formal. Más revelador aún: no existe pronunciamiento de la familia de la niña involucrada, ni denuncia alguna que respalde las acusaciones. La cuenta oficial de Nasralla (@SalvaPresidente), activa con mensajes sobre anticorrupción y promesas de campaña, guarda silencio absoluto sobre el tema. Medios independientes como El Heraldo y La Prensa no han reportado el incidente como noticia verificada, limitándose a cubrir la agenda electoral del candidato –desde su promesa de extradiciones permanentes hasta reuniones en Washington por el TPS–. Verificadores como AFP Factual, que han desmentido montajes previos contra Nasralla (como un falso audio de fraude en marzo), clasifican este video como “real pero interpretable”, sin evidencia de manipulación.
Esta ausencia de respuestas oficiales no hace más que avivar el fuego: ¿por qué no aclara Nasralla? ¿La familia opta por el bajo perfil para evitar el escrutinio mediático?
Y aquí radica el veneno más profundo: la toxicidad de las redes sociales como campo de batalla electoral. En Honduras, donde el 70% de la población accede a internet vía móvil, plataformas como X amplifican rumores a velocidad luz, erosionando la confianza en la democracia. Este no es un caso aislado; recuerda el deepfake de Nasralla “reconociendo obras de Xiomara Castro” desmentido por El Heraldo en septiembre, o los audios falsos de fraude que circularon en primarias. Según un informe de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el 60% de la desinformación electoral en 2021-2025 se originó en bots y cuentas partidarias, manipulando emociones para deslegitimar rivales. “Las redes no votan, pero moldean percepciones”, advierte el analista político Rodrigo Aguilar. “En lugar de debates sobre propuestas –como la CICIH que Nasralla impulsa–, terminamos en juicios virales sin juez”.
¿Has visto el video? Comparte tu opinión en comentarios, pero con hechos. Fuentes: Análisis de X, El Heraldo, La Prensa, AFP Factual.