El Ministerio de Salud (Minsal) de El Salvador ha intensificado sus protocolos de vigilancia epidemiológica y control vectorial ante el riesgo de reintroducción o rebrote de casos de malaria en el país, una enfermedad de transmisión parasitaria que ha sido históricamente controlada en la región. Aunque El Salvador fue certificado como libre de transmisión de Plasmodium falciparum en el año 2021 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la presencia del vector y la circulación en países vecinos obligó a mantener una alerta constante y a ejecutar acciones preventivas focalizadas.
La estrategia actual incluyó el fortalecimiento de la red de diagnóstico a nivel de la atención primaria de salud, asegurando la disponibilidad de pruebas rápidas y microscopía para la detección temprana de la enfermedad en áreas de riesgo o en pacientes con sintomatología sospechosa que hayan viajado. Además, se remarcó la importancia de la educación comunitaria sobre la prevención, incluyendo el uso de mosquiteros y la eliminación de criaderos del zancudo vector. La preocupación surgió en el contexto de alertas globales, como la emitida por la OMS sobre el aumento de casos en África, lo que subrayó la necesidad de una vigilancia rigurosa de enfermedades transmitidas por vectores a nivel mundial.
El Minsal reiteró que, aunque el riesgo de una epidemia masiva es bajo debido a los altos niveles de control, la movilidad de personas desde zonas endémicas y los efectos del cambio climático en la proliferación del vector Anopheles demandaron una respuesta proactiva. Las autoridades de salud llamaron a la población a reportar cualquier caso sospechoso y a seguir las indicaciones preventivas, especialmente en las zonas rurales del país. Los esfuerzos se alinearon con la meta de la OMS de mantener la eliminación de la Malaria en la región de las Américas.
Alerta preventiva por malaria
La vigilancia epidemiológica se coordinó con la red hospitalaria y el Instituto Nacional de Salud para el análisis y monitoreo constante de la situación. Los equipos de salud ambiental realizaron jornadas de fumigación y abatización en zonas identificadas como vulnerables, principalmente aquellas con cuerpos de agua estancada cercanos a comunidades.
El Gobierno salvadoreño destinó recursos específicos para la adquisición de medicamentos antimaláricos de última generación, asegurando que el tratamiento para casos confirmados esté disponible de forma gratuita e inmediata en todos los centros de salud del sistema público. Esta estrategia integral buscó blindar al país contra la reemergencia de la Malaria y proteger los avances sanitarios logrados en la última década.
