El presidente electo de Bolivia, confirmó que ha solicitado asistencia al mandatario salvadoreño Nayib Bukele para abordar la grave crisis de inseguridad y el colapsado sistema penitenciario que atraviesa el país andino. Según Paz, “el modelo Bukele es la clave” para recuperar el control del orden público.
Un llamado a la colaboración
En su primera declaración después de los comicios, Paz describió a Bolivia como un país que enfrenta un clima de inseguridad “imparable”, con altos índices de homicidios, extorsiones y hacinamiento en las cárceles. Por ello, consideró imperativo adoptar enfoques probados externamente para combatir estos problemas.
Aunque no proporcionó detalles específicos sobre la colaboración, indicó que ya ha sostenido contactos preliminares para explorar “estrategias integrales”. Paz destacó que Bolivia enfrenta desafíos similares a los que El Salvador superó en los últimos años, como la violencia pandilleril y la corrupción en los centros penitenciarios, lo que hace que la experiencia salvadoreña sea especialmente relevante.
El “modelo Bukele” como referencia
El interés de Paz en el “modelo Bukele” no es casual: en El Salvador, las políticas de mano dura contra las pandillas, junto con un mayor control territorial y una reforma del sistema penitenciario, han sido reconocidas por su impacto en la reducción de la delincuencia. Paz aseguró que Bolivia, urgida por la demanda de la ciudadanía, debe “modernizar su sistema de seguridad y sus cárceles” sin dilación.
El apoyo de Bukele podría incluir asesoría técnica, capacitación de fuerzas de seguridad y estrategias de inteligencia para combatir el crimen organizado. Este acercamiento refleja la preocupación de Paz por recuperar la confianza de la población en las instituciones y reducir los altos niveles de violencia que afectan a Bolivia.
 
						