El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió este jueves a las acusaciones de tortura presentadas por Kilmar Ábrego García, un migrante deportado a El Salvador durante la administración de Donald Trump. Ábrego García alega haber sufrido maltratos en la megacárcel salvadoreña, pero Bukele desmintió estas afirmaciones con pruebas fotográficas y testimonios.
Las acusaciones de Kilmar y la respuesta de Bukele
Según documentos judiciales revelados por la agencia EFE, Ábrego García denunció haber sufrido “palizas severas, privación del sueño y desnutrición” durante su estancia en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Sin embargo, Bukele refutó estas acusaciones en su cuenta de X, argumentando que las fotos muestran que Ábrego García en realidad engordó durante su detención.
“Al parecer, cualquier cosa que un criminal afirme es aceptada como verdad por los medios tradicionales y la judicatura occidental en decadencia. Pero el hombre no fue torturado, ni perdió peso. De hecho, las fotos muestran que engordó mientras estuvo detenido”, escribió Bukele. Además, el presidente salvadoreño destacó que hay “mucho metraje de diferentes días, incluyendo su reunión con el senador Van Hollen, quien él mismo confirmó que el hombre parecía estar bien”.
Bukele cuestionó la veracidad de las acusaciones de Ábrego García, señalando que si hubiera sido torturado, privado de sueño y desnutrido, no tendría un aspecto saludable en las fotos. “Si hubiera sido torturado, privado de sueño y desnutrido, ¿por qué se ve tan bien en todas las fotos? ¿Por qué habría engordado? ¿Por qué no hay moretones, o siquiera ojeras?”, preguntó el mandatario.
Kilmar Ábrego García fue deportado a El Salvador durante la administración de Trump. Su caso ha generado controversia, especialmente después de que sus abogados presentaran denuncias de tortura. Sin embargo, Bukele ha sido enfático en desmentir estas acusaciones, presentando pruebas que, según él, demuestran que Ábrego García no fue maltratado durante su detención.
El caso ha generado un intenso debate en redes sociales, con algunos usuarios apoyando la postura de Bukele y otros cuestionando la veracidad de las pruebas presentadas. Mientras tanto, el gobierno salvadoreño ha reafirmado su compromiso con los derechos humanos y ha negado rotundamente cualquier acto de tortura en sus centros de detención.