La frase “¿Dar bala a Petro?”, pronunciada por Laura Gallego Solís, actual Señorita Antioquia y candidata al Concurso Nacional de Belleza de Colombia, se convirtió en el centro de una polémica nacional. El comentario, hecho en tono jocoso durante una entrevista informal con el precandidato presidencial Abelardo de la Espriella y el influencer Santiago Botero, utiliza un slang colombiano que, aunque en contextos cotidianos puede significar “enfrentar con dureza”, generó rechazo por su carga simbólica en un país con un pasado marcado por la violencia.
El video, compartido en su cuenta de Instagram (@lauragallegosoliss), se viralizó rápidamente, desatando reacciones encontradas. Mientras algunos defendieron a Gallego argumentando que su expresión fue un simple modismo coloquial, otros la acusaron de irresponsabilidad por normalizar un lenguaje asociado a la agresión. El presidente Gustavo Petro respondió en X con un mensaje contundente: “La belleza no debe ser excusa para el odio ni la violencia. Colombia necesita paz, no balas”.
Entre el slang y la responsabilidad pública
Gallego intentó aclarar sus palabras en una entrevista con W Radio, asegurando que no buscaba promover violencia. “En ese contexto, con candidatos que usan ese tipo de slang, la frase surgió así. Pude haber dicho ‘sanción’ o ‘crítica’, pero no fue mi intención ofender”, explicó. Sin embargo, su justificación no logró apaciguar las críticas, especialmente en un país donde el lenguaje violento sigue siendo un tema delicado.
El Concurso Nacional de Belleza (CNB) decidió no sancionar a la candidata, argumentando que las participantes tienen libertad de expresión siempre que no violen los principios del evento. Esta postura generó división: mientras algunos usuarios en redes apoyaron a Gallego con el argumento de que se trató de una “exageración”, otros exigieron su retiro del certamen bajo el hashtag #NoALaViolenciaEnBelleza, que acumuló miles de interacciones.
Un debate que va más allá del certamen
El incidente ha reavivado la discusión sobre los límites del discurso público, especialmente en figuras con influencia como las candidatas a reina. Petro, conocido por su activismo en redes, usó el momento para recordar la importancia de la paz en un país que aún enfrenta las secuelas del conflicto armado. Mientras tanto, Gallego enfrenta el reto de manejar las consecuencias de sus palabras en un escenario polarizado, donde su comentario ya trascendió el ámbito del concurso.
Según datos de Rankmath, el 70% de las reacciones en redes sociales han sido críticas, reflejando la sensibilidad de los colombianos ante cualquier alusión a la violencia. La polémica no solo cuestiona el futuro de Gallego en la competencia, sino también el papel de las candidatas como referentes sociales en una Colombia que busca superar su pasado.
 
						