En el kilómetro 32 de la Troncal del Norte, donde el río Acelhuate se retuerce como una serpiente de concreto y desechos, una perrita llamada Princesa se convirtió en la protagonista de un drama urbano que tuvo a todo Aguilares conteniendo el aliento.
Atrapada por un collar que la anclaba a una rama traicionera, esta sobreviviente de cuatro patas llevaba dos días luchando contra la corriente. Pero en El Salvador, donde la calle no perdona, tampoco abandona: los Comandos de Salvamento, con cuerdas, arrojo y un par de Bomberos como refuerzo, escribieron un capítulo de esos que hacen vibrar las redes y el corazón de la ciudad.
Una Princesa en apuros
La alerta llegó de los vecinos de la colonia El Porvenir, que no dudaron en dar la voz: Princesa estaba en apuros. El río Acelhuate, conocido por sus aguas turbulentas y su fama de trampa natural, no es un chiste. Según Comandos de Salvamento, su unidad de rescate vertical entró en acción como si fuera una misión de alto riesgo: cuerdas tensadas, arneses puestos y un descenso al borde del abismo, con el agua rugiendo abajo.
“No es solo una perrita, es una vida”, dijo un voluntario citado. Y en X, las fotos del operativo muestran la escena: un Comando colgado como Spider-Man, con Princesa mirando desde la ribera, empapada pero aferrándose a la esperanza.
El rescate no fue un paseo. El collar, ese accesorio que alguna vez fue un regalo, se había convertido en una soga. Los Comandos, con 65 años de experiencia enfrentando desde terremotos hasta inundaciones, coordinaron con Bomberos para liberar a Princesa en una operación que mezcló precisión quirúrgica y pura garra salvadoreña.
Cuando por fin la subieron, la perrita –todavía con el susto en los ojos– fue entregada al Centro de Resguardo Aguilares. Ahí, le esperan cuidados, comida y un nuevo comienzo. “Gracias a Comandos por no rendirse”, dijo el jefe de Bienestar Animal San Salvador Norte, mientras la comunidad aplaudía desde el puente.
