San Salvador vivió este 2 de noviembre una jornada de reflexión y unidad al conmemorar el Día de los Fieles Difuntos, una tradición que fusiona el legado ancestral con la fe católica. La Alcaldía de San Salvador desplegó un operativo especial en el Cementerio La Bermeja y otros camposantos para garantizar seguridad y orden durante las visitas de miles de familias que acudieron a honrar a sus seres queridos.
Desde las 7:00 a.m., equipos de Protección Civil Municipal vigilaban los accesos, mientras los visitantes depositaban flores y encendían velas en un ambiente de recogimiento. La música suave y las coronas de flores transformaron los cementerios en espacios de celebración, donde el dolor se entrelazó con la gratitud. “Este día es para recordar con amor y tradición”, destacó la Alcaldía, subrayando el valor de la memoria colectiva.
Un día para la introspección y el legado
Las autoridades extendieron el horario de visita hasta las 5:00 p.m., facilitando que las familias compartieran este momento sin prisas. El mensaje institucional fue claro: honrar a los difuntos con respeto y unidad. En cada rincón de la ciudad, desde La Bermeja hasta los cementerios más pequeños, se respiró un ambiente de paz, donde las tradiciones se convirtieron en puentes entre generaciones.
La Alcaldía recordó que este día no es solo para llorar, sino para celebrar la vida de quienes partieron, dejando un legado que perdura en la identidad salvadoreña. Las velas encendidas y las flores frescas simbolizaron la conexión eterna entre los vivos y los difuntos, reafirmando que su memoria sigue viva en el corazón de la ciudad.
El operativo municipal incluyó medidas de seguridad y logística para evitar aglomeraciones, demostrando el compromiso con el bienestar de los ciudadanos. “San Salvador honra a sus difuntos con tradición y unidad”, reiteró la institución, invitando a la comunidad a mantener viva esta herencia cultural.
Con el atardecer, las plegarias y los recuerdos se fundieron en un mismo sentimiento: la certeza de que los difuntos siguen guiando el camino de la ciudad. En este día sagrado, San Salvador demostró que la tradición y la unidad son pilares inquebrantables de su identidad.






