El fútbol salvadoreño sufrió un duro golpe tras la eliminación temprana de sus dos clubes más laureados, Alianza y Águila, en la Copa Centroamericana de Concacaf. Ambos equipos no lograron superar la fase de grupos, sellando un nuevo fracaso a nivel regional que ha reabierto el debate sobre la competitividad de la liga local. El Alianza FC, con un rendimiento ofensivo extremadamente pobre, solo logró anotar un solitario gol en toda la competición, lo que le relegó al último lugar de su grupo.
La debacle de los equipos salvadoreños se hizo evidente en cada encuentro, donde la falta de contundencia en el ataque y la fragilidad defensiva fueron una constante. A pesar de que los equipos contaban con el apoyo de sus aficionados, el desempeño en el campo no estuvo a la altura de las expectativas. Los resultados negativos han provocado una ola de cuestionamientos dirigidos tanto a los cuerpos técnicos como a las directivas.