El bombardeo autorizado por el presidente Petro contra un campamento de disidentes de las FARC en la selva colombiana culminó con la baja de siete adolescentes, confirmaron fuentes militares. La ofensiva se centró en la estructura de alias ‘Matamba’, un líder clave dentro de los remanentes del grupo guerrillero. La operación militar contra las FARC ha reavivado el debate sobre el reclutamiento de menores por parte de estos grupos armados y el uso de la fuerza en su contra. La identificación de los cuerpos reveló la presencia de varios jóvenes que habían sido presuntamente forzados a unirse a la organización ilegal.
Este resultado genera controversia debido a la edad de las víctimas, aunque las autoridades insisten en la legitimidad de la acción al tratarse de un objetivo de alto valor. La Fiscalía General de la Nación ha iniciado las investigaciones pertinentes para esclarecer las circunstancias exactas de las muertes y determinar si se siguieron los protocolos internacionales en este tipo de enfrentamientos. Los detalles preliminares sugieren que los adolescentes estaban portando armamento y participando activamente en las labores de vigilancia del campamento.
Drama del reclutamiento en operación militar contra las FARC
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, defendió la operación militar contra las FARC, señalando que el Estado no puede renunciar a su deber de combatir a los grupos que amenazan la seguridad nacional. Enfatizó que la responsabilidad principal recae en los reclutadores que instrumentalizan a los menores. “Es claro que la obligación de proteger a los menores es del Estado, pero también es claro que estos grupos los utilizan como escudos humanos en sus actividades criminales”, declaró el vocero del Ministerio de Defensa en una rueda de prensa. La situación pone en jaque la estrategia de seguridad del gobierno en zonas de alta conflictividad.
La Defensoría del Pueblo emitió un comunicado expresando su profunda preocupación por la pérdida de vidas jóvenes y reiteró el llamado a los grupos armados ilegales a cesar inmediatamente el reclutamiento forzado. Expertos en conflicto armado señalan que el reclutamiento de menores es una violación sistemática del derecho internacional humanitario y un crimen de guerra. La operación militar contra las FARC subraya la complejidad de la lucha contra la insurgencia en un país con un largo historial de conflicto interno.
Este suceso obliga a reflexionar sobre la efectividad de las políticas de desmovilización y la protección de los derechos de los niños en zonas de riesgo. Las familias de los jóvenes abatidos están siendo contactadas para el proceso de identificación forense, en medio de un clima de dolor y repudio a la violencia. La presión internacional podría aumentar sobre Colombia para implementar medidas más rigurosas contra el reclutamiento ilegal.
El gobierno ha prometido intensificar las acciones para desmantelar las redes de reclutamiento que operan en las áreas rurales más vulnerables. La operación militar contra las FARC es un recordatorio trágico de los costos humanos del conflicto, incluso después de los acuerdos de paz.