El artista puertorriqueño Bad Bunny no solo es un ícono global de la música urbana, sino también un motor económico para Puerto Rico. Su residencia de 30 conciertos en San Juan ha inyectado vida a la economía local, con un impacto estimado de $165 millones en las primeras 15 funciones y una proyección de $214 millones adicionales para las restantes. En total, se espera que la serie de conciertos genere $379 millones, atrayendo a más de 500,000 turistas durante la temporada baja de huracanes.
Este evento no solo ha beneficiado al sector turístico, sino que también ha impulsado a pequeños negocios, como fondas y comercios locales, que han visto un aumento significativo en sus ventas. Incluso la firma Moody’s Analytics mejoró su evaluación económica de la isla, en gran parte gracias a este fenómeno cultural.
Un impacto más allá del turismo
La residencia de Bad Bunny ha posicionado a Puerto Rico como un epicentro global de la música urbana, atrayendo atención mediática internacional valorada en $17 millones en exposición gratuita. Además, se estima que 205 millones de usuarios interactuaron con contenido relacionado en redes sociales, lo que refuerza la imagen de la isla como un destino cultural y turístico de primer nivel.
El éxito económico de estos conciertos demuestra el potencial de la cultura y el entretenimiento como herramientas para el desarrollo sostenible. Bad Bunny no solo ha llevado su música a nuevas audiencias, sino que también ha reactivado la economía local, mostrando cómo un solo artista puede transformar la realidad de un país.