El Gimnasio Nacional Adolfo Pineda de San Salvador fue testigo de un momento inusual que trascendió la competencia deportiva, durante la FMS World Series. La estrella colombiana del freestyle, Lokillo, en su enfrentamiento contra el mexicano ACZINO, generó una explosión de euforia y tensión al incluir una referencia directa al presidente Nayib Bukele y la ley de seguridad.
El comentario, incisivo y picaresco, detuvo brevemente la batalla ante la reacción masiva del público presente.
El incidente ocurrió en una de las rondas más intensas, cuando Lokillo lanzó una rima solicitando a su rival, el legendario ACZINO, que le firmara la piel para llevar el autógrafo tatuado permanentemente. Este gesto, común en el mundo del freestyle como muestra de respeto, se transformó en una alusión sociopolítica inesperada por su propia inmediata reacción al contexto salvadoreño.
Lokillo y la tensión en FMS World Series por la mención a Bukele
Inmediatamente después de la petición, el freestyler colombiano exclamó la frase que hizo estallar a los miles de asistentes, paralizando el duelo por unos segundos. “
Ah Fers fírmamela en la piel que me la voy a tatuar porque sí sí soy tu fan aún cuando te voy a ganar y quiero llevar tu firma reposada aquí en mis pieles. Ay, jueputa, que no me vea Bukele. No que no le vea. Mira como siempre se me lo vea. Yo enseño mis tatuajes orgullosamente.”
La referencia de Lokillo fue entendida como una mención al “régimen de excepción” vigente en El Salvador, una medida impulsada por el gobierno de Bukele para combatir a las pandillas. Bajo este marco legal, las autoridades han utilizado, en varios casos documentados, la presencia de tatuajes como un indicio de pertenencia a agrupaciones ilícitas, generando controversia.
Si bien la prórroga continua del régimen de excepción ha sido justificada por el gobierno por la significativa reducción de homicidios y la desarticulación de grupos terroristas, organizaciones de derechos humanos han señalado que la interpretación amplia de los criterios de detención, incluyendo los tatuajes no alusivos a pandillas, facilita detenciones arbitrarias. El chiste de Lokillo se enmarcó así en esta dicotomía de seguridad y libertades.
Tras el estallido de la audiencia y la pausa momentánea, ambos freestylers retomaron la competencia, demostrando la capacidad del hip hop y la improvisación para integrar, en vivo y sin filtros, temas sensibles y de alta relevancia en el contexto nacional.