El popular creador de contenido PerroAlbo, conocido por darle voz a las situaciones más cómicas de la vida canina, ha protagonizado un cumpleaños que, lejos de ser tierno, terminó siendo un reclamo de altura. En el sketch viral, el protagonista peludo, con gorrito y pastel con velitas, confiesa que está “emocionado” por la celebración, pero que la alegría era una “hemorragia de placer” que se cortó abruptamente.
Y es que, como buen salvadoreño, el fiestero tenía expectativas. El punto clave de su discurso fue la esperada llegada de las “perriñosas”. La ilusión se vino abajo cuando una voz humana le confirmó la amarga verdad: “Perriñosas, mi perro, no nos dejaron”.
La frustración del cumpleañero
La decepción fue inmediata y el tono cambió de la solemnidad a la indignación. El Albo se siente choto (sin nada, vacío) y, aunque por poco “casi chillo, no jodas”, logró mantener la compostura. El humor del influencer se basa en su franqueza callejera, algo que sus seguidores le aplauden.
La reacción del público es predecible: una mezcla de risa y compasión por el perrito al que le arruinaron la fiesta. Es un contexto editorial común en las redes sociales salvadoreñas, donde se usa el humor para exagerar las situaciones cotidianas y las pequeñas frustraciones, como una fiesta que no cumple las expectativas.
El cierre del sketch es la joya de la corona. El canino concluyó con una máxima ineludible para sus dueños (y fans): “Si van a hacer algo, háganlo bien, sino no hagan ni madres”. Claramente, el pastel y el gorrito no fueron suficientes para el Albo, que esperaba la fiesta completa y los aguinaldos prometidos.
El perrito viral nos deja pensando: si la celebración no tiene “perriñosas” y el dueño se queda choto con el regalo, ¿de verdad vale la pena soplar las velitas?