Dos jueces del certamen Miss Universo han presentado su renuncia en medio de crecientes y serias acusaciones de que el concurso de belleza podría estar amañado, una crisis que se suma al reciente escándalo protagonizado por la delegada de Miss México. Este sorpresivo movimiento golpea fuertemente la credibilidad del evento, poniendo en duda la transparencia de los procesos de selección y votación que definen a la reina universal de la belleza. La organización, por su parte, ha negado las irregularidades, pero la dimisión de los jurados profundiza la crisis.
La decisión de los jueces de abandonar sus puestos se hizo pública después de que se intensificaran los señalamientos sobre posibles irregularidades en las etapas finales, sugiriendo que factores ajenos al desempeño de las concursantes podrían influir en los resultados. El pianista y empresario Omar Harfouch, uno de los renunciantes, fue contundente al manifestar su postura ante los hechos. “No seré parte de esta farsa, fui engañado y utilizado públicamente en Miss Universo”, afirmó Harfouch a medios internacionales, criticando abiertamente la gestión.
La postura oficial de Miss Universo ante las renuncias y el amaño
La Organización Miss Universo (MUO) respondió con firmeza a las acusaciones, especialmente a las de Harfouch, quien alegó confusión sobre el programa “Beyond the Crown” y la existencia de un “jurado improvisado” con conflictos de interés. La MUO aclaró que dicho programa es una iniciativa de impacto social independiente y no forma parte del proceso de evaluación competitiva.
En su comunicado oficial, la Organización Miss Universo fue enfática en desmentir las irregularidades. “La Miss Universe Organization firmemente clarifica que ningún jurado improvisado ha sido creado, que ningún grupo externo ha sido autorizado a evaluar delegadas o seleccionar finalistas, y que todas las evaluaciones de la competencia continúan siguiendo los protocolos establecidos, transparentes y supervisados de la MUO”, señaló el organismo en su nota de prensa.
Este episodio subraya la necesidad de una reforma estructural en Miss Universo para blindar los procesos de selección contra cualquier sombra de duda. La transparencia total es la única vía para acallar los rumores de amaño y preservar el valor de la corona, cuya esencia se basa en la promesa de que la ganadora es elegida por su mérito y belleza integral, y no por intereses.
El impacto de las renuncias y las acusaciones de amaño trasciende el ámbito del espectáculo, afectando la imagen de un evento que históricamente ha sido una plataforma para mujeres talentosas de todo el mundo. La directiva enfrenta el desafío de restaurar la fe en la imparcialidad del concurso y evitar que esta crisis se convierta en una mancha permanente en la historia de Miss Universo.